“Yo creo en el niño.
Yo creo en la forma original de ser del niño.
Yo creo en el educador que respeta esa originalidad y que favorece su evolución.
Yo creo en la educación que coloca al niño en el centro del dispositivo educativo.
Creer en el niño, es, en primer lugar, ofrecerle el afecto, la ternura y un marco de acción lo más regular posible, con el fin de apoyar un sentimiento de seguridad para el desarrollo de todas sus funciones”
Bernard Aucouturier
La crianza es el “arte de cuidar”, el acompañamiento que se hace a un niño en ese caminar hacia la vida. No existe una única manera “correcta” de criar a los niños. Influyen muchos aspectos, cada cultura, relgión, creencias personales, familia de la que procedemos, pareja que hemos formado, la relación con nuestro “niño interior”…
Las prácticas de crianza van variando a lo largo del tiempo. Aprendemos a ser padres, a cuidar de nuestros hijos en ese amor incondicional. Podemos diariamente mejorar reflexionando acerca de nuestras propias creencias y prácticas familiares incluyendo un acompañamiento con amor, lo que conlleva a una crianza consciente. Un buen punto de partida para enriquecer el desarrollo integral y armonioso de nuestros niños y niñas, aportando en cada momento de su evolución aquello que más necesita para ser feliz. Esos locos bajitos, esos seres increíbles que nos hacen de espejo, sabiendo sacar lo más bello y lo más oscuro de nuestra esencia. Esa infancia que sabe “mirar la vida desde el corazón”, sabios, futuros líderes, niños y niñas del presente, adultos del futuro.
Beneficios
- Desde el corazón una crianza con amor
- Bailando con nuestro niño interior
- Enriquecimiento del ambiente familiar de crianza
Objetivo
Se trata de una vivencia en el que compartir y crecer en familia, en el que la participación e implicación de los padres y madres es de vital importancia. Creando un ambiente de bienestar, confianza, intimidad, relajación, estímulo sensorial, dando soporte, ilusiones, diversión…